Muerte de un oso hormiguero que llevaba más de dos años viviendo en el Iberá

En un proyecto como el nuestro a veces pasan meses sin que haya demasiado que contar, con las tareas marchando suavemente, sin que exista una verdadera “noticia” que transmitir. Otras veces, pareciera como si todo se acelerase y se agolparan los sucesos en unos pocos días. No han pasado ni dos semanas desde que escribimos el último boletín que comunicaba la liberación simultánea de cinco animales en el Iberá y ya tenemos otras noticias que transmitir.

Desgraciadamente, una de ellas es especialmente triste, pero sentimos que igualmente importante comunicarla. El viernes pasado encontramos el cadáver de Arandú, un oso de tres años y medio de edad que llevaba viviendo en la Reserva de Iberá desde agosto de 2008. Arandú era un animal muy especial para nosotros, ya que fue la primera cría de oso que recibimos y sacamos adelante desde que las autoridades de Jujuy nos avisaron de su existencia en junio de 2007 (ver Boletín 2). El osito fue criado con mamadera por el personal del proyecto, fue el primero con el que usamos una “madre articial sustituta” (que era la escultura de una osa cubierta de pelo) hasta que creció y ganó suciente peso para ser liberado en agosto de 2008. Además de esto, Arandú es uno de los protagonistas de nuestro video “El regreso del Yurumí” que se puede ver en internet (www.theconservationlandtrust.org/osohormiguero/videos.htm). Era uno de los osos más inquietos del proyecto, siempre usaba un área de campeo muy amplia, centrada mayormente en los ambientes más abiertos del malezal. De hecho, durante este año perdimos su ubicación hasta que logramos encontrarlo a unos 45 km de su área habitual, recapturarlo y traerlo de vuelta junto con los otros osos.

Hasta ahora toda la información que teníamos de Arandú mostraba a un animal sano y que se había adaptado adecuadamente a su nuevo ambiente silvestre, viviendo en él por más de dos años sin ningún tipo de suplementación alimenticia o apoyo extraordinario. El animal había sido localizado 7 días antes de encontrar su cadáver y estaba activo. Desgraciadamente, debido al gran calor y sequedad de esta época del año, en el momento de encontrar el cuerpo, éste estaba ya tan degradado que no se pudo realizar una necropsia en buenas condiciones para determinar la causa de su fallecimiento.

Arandú es el segundo de los 16 osos liberados por el proyecto que muere en la reserva durante los 4 años que hemos ido liberando animales. Esto indica que, más allá de la triste noticia, la supervivencia de los osos reintroducidos está siendo muy buena (superior a un 90% anual, que es más de lo que tienen muchas poblaciones bien conservadas) y que éstos se están adaptando bien a su nuevo hábitat. En este momento nos queda la duda de si este animal llegó a copular con alguna de las hembras adultas durante esta primavera y si habrá dejado alguna descendencia en el Iberá.

Aparte de esta mala noticia, durante las últimas semanas hemos venido observando un fenómeno novedoso en el que Puyusqa. Una osa, que fue liberada en el año 2009, comenzó a salir de la Ea. Rincón del Socorro para entrar en el área de la reserva que está al cuidado directo de los guardaparques provinciales y que, además, suele ser más visitada por los turistas. Así, tanto los guardaparques como los visitantes la vieron varias veces cerca del puesto de información del parque y en el “monte de los monos”. Para muchos fue todo un acontecimiento el poder ver un oso hormiguero gigante en un área donde se había extinguido hace décadas.

Estas exploraciones de la osa tuvieron su máxima expresión cuando la semana pasada logró nadar varios cientos de metros a través de la laguna Iberá, la cual separa la Ea. Rincón del Socorro del paraje Carlos Pellegrini. Al llegar a éste, la osa se dispuso a descansar en un pequeño monte situado en una de las hosterías de ecoturismo locales, desde donde fue recapturada por el personal del proyecto para retornarla al área donde viven los otros 15 osos.

Es muy probable que los osos nos sigan sorprendiendo al atravesar áreas consideradas como barreras (como era el caso de la laguna) o al realizar largos desplazamientos exploratorios fuera de sus áreas de campeo habituales.

Finalmente, para cerrar este boletín con una noticia especialmente esperanzadora, queremos destacar que la semana pasada pudimos obtener fotos mediante cámaras trampa de la cría que nació este año, la cual todavía se sube a la espalda de su madre, Ivoty, aunque cada vez aparece como más independiente en las fotos. Esperamos que esta cría crezca sana y salva para que pueda convertirse a su vez en madre de algunos de los osos que poco a poco van recuperando su espacio perdido en el interior de la reserva de Iberá.

Fuente: Proyecto Oso Hormiguero. Boletín Informativo N° 21, noviembre de 2010 (bis).