Cosas del Monte III: la Urraca Común

Más de una vez en el monte nos quedamos sorprendidos ante una voz desconocida, fuerte y llamativa y mientras nuestra memoria desconcertada procuraba identificar al ave que las emitía, de a una como salteadores fugitivos las urracas fueron asomando a la orilla de la picada develando el enigma.Dueña de un repertorio de sonidos inagotables se los considera imitadoras de otras aves y a la vez una de las bullangueras vigilantes del monte. Cinco o seis urracas pueden armar una bulla tal que no quedará nadie en la selva sin enterarse que un intrudo camina por la picada.

Conocida por los guaraníes con el más apropiado nombre de "Acahé" o "Acahé-Pará" (es decir adornado) lo de urraca viene por su parecido con la urraca europea siendo la especie más común en el país donde puebla las selvas misioneras y mesopotámicas y el bosque chaqueño con una raza: Cyanocorax chrysops chrysops y las yungas o nuboselvas en el noroeste con otra subespecie: Cyanocorax chrysops tucumanus.

Los brasileros la denominan Gralha (Graia) también por comparación con la Graja europea. Se trata de un ave de bello aspecto acrecentado por un curioso bonete de plumas en la parte superior de la cabeza y una llamativa coloración en la panza crema al igual que la punta de la cola, en contraste con el negro azulado del dorso y el pecho, la nuca celeste y los ojos amarillos que le valieron aprecio entre los comerciantes de pájaros como especie ornamental.La urraca común (o paraguaya para los traficantes de aves) no cuenta con el aprecio popular ya que es generalizada su famade salteadora de gallineros y su afición a los huevos.

En realidad se trata de aves omnívoras y amén de frutos y semillas comen pequeños animales atacando las nidadas, siendo tal vez por ello excelente en el arte de ocultar sus nidos. De allí el dicho que los brasileños aplican a una prima de nuestra urraca el "Canca" (Cyanocorax cyanopogon): "quien halle el nido del Canca se volverá rico". En apariencia el nido no es muy consistente y está ubicado en lo alto de los árboles conteniendo de 3 a 4 huevos pero faltan datos detallados sobre su reproducción.Nuestro Acahé se mueve en bandadas conformando una especie de pandilla con número variable de integrantes que se desplazan cautelosos comunicándose con un metálico "KUH-KUHKUH" con otras llamadas más graves o agudas según el estado de alarma.

Los hemos visto llevar en su pico las grandes semillas del pino Paraná por lo que también es una eficiente dispersora del emblemático árbol.Su habilidad para imitar voces es sorprendente ya que no solo reproduce a la perfección los cantos de varios pájaros sino que también lo hace con los mamíferos incluído el mono caí.Se conoce en Brasil un caso donde una urraca repetía palabras humanas que habría aprendido de un loro cautivo a juzgar por el tono. Otro llamativo hecho que probaría además su inteligencia es el ocurrido en Sao Paulo donde un zorzal colorado o corochiré (Turdus rufiventris) montaba guardia en un árbol silvestre repleto de frutos alejando a cuanta ave se acercaba agresivamente, la urraca para evitar confrontarlo imitó a unos 10 metros a la perfección la voz del Taguató común (Rupornis magnirostris) una rapaz común en el área que persigue pájaros y otros animales lo que motivó la precipitada huída del zorzal. A

sí la urraca quedó dueña de la situación y  se dio un banquete. Los córvidos son después de los loros, las aves con mayor índice cerebral y por ello muchos opinan que deberían colocarse al final en las listas sistemáticas como los pájaros más evolucionados.A pesar de su exitosa adaptación a las chacras, capueras y ambientes modificados a la par que en selvas alejadas, incluso en el borde de poblados, ciudades, nos apena cuando la vemos enjaulada pensando cuánto debe sufrir en ese estado.Hace poco nos tocó observar entre unos troncos y motosierras en la carrocería de un camión una pequeña jaula con dos urracas saltando ante los pozos del camino en la ruta 19. Los pobres pájaros resignados y pasivos eran el reflejo de la tristeza. Desde el monte en pleno Parque Provincial Urugua-í otras urracas hacían oír su repique metálico y a mi se me antojaba entonces una suerte de despedida.

Escrito en 1994