Cosas del Monte I: El Yaguareté

Autor: Juan Carlos Chebez

Hablando en cualquier rueda de fogón a pleno monte, uno puede encarar los temas más diversos, pero inevitablemente la conversación desembocará en el animal poderoso y mágico del monte: "el Yaguareté". Porque el "Tigre" (Leo onca), como lo llaman los criollos, sigue encerrando en él el misterio de las selvas y de los bosques chaqueños del norte del país. Eterno merodeador de la sombra verde, se lo sabe un gran caminador capaz de recorrer varios kilómetros en una sola noche en busca de sus presas: cualquier otro animal del monte que se atraviese en su senda. Esquivo con el hombre al que reconoce como su gran enemigo, casi nunca deja verse y se detecta su presencia por su inequívoca huella ancha en algún barrero o picada, sus excrementos donde asoman los pelos de sus víctimas (y hasta pezuñas enteras de los chanchos del monte) o algun bramido en la noche.

El yaguareté posee grandes territorios de caza y se sabe que los mismos rondan de 5.000 a 10.000 ha en el caso de las hembras y que el territorio de un macho suele superponerse al de tres hembras. Esto vuelve todo un desafío conservar esta especie ya que precisa de grandes áreas protegidas interconectadas para salvaguardar una población viable de al menos 50 ejemplares.Antaño extendió sus dominios hasta las inmediaciones del Río Negro en las puertas de la Patagonia y en los bañados pampeanos, el Delta del Paraná, la selva de Montiel y los Esteros del Iberá donde su presencia era constante hasta no hace muchos años. Debido a la caza por su piel, o por considerarlo un animal peligroso para el hombre y para el desarrollo ganadero de vastas zonas, el Tigre vio reducido sus dominios que además fueron paulatinamente poblándose y transformándose.

Hoy sabemos de una población remanente en Misiones en plena selva paranaense, algunos animales dispersos en la región chaqueña (provincias de Formosa, Chaco, Salta y Santiago del Estero) y otra interesante en las yungas o selva oranense del norte de Salta y este de Jujuy.Misiones al conservar cerca de 1.000.000 de hectáreas de sus selvas relativamente continuas alberga al gran felino de piel manchada en buena parte de su superficie así no debe sorprender tener registros recientes en localidades tan australes como Campo Grande, dpto. Oberá o incluso más al sur.

El Yaguareté figura con sus diversos motes (tigre, overo, pintado, el bicho, etc.) en numerosos topónimos de la Argentina y en particular de Misiones donde forma parte indisoluble de sus mitos y creencias.Así la Carqueja, una planta de reconocidas propiedades medicinales para el hombre, también sería utilizada por el Tigre según los guaraníes, que la distinguen entonces como "Yaguareté-caá" (o sea "Yerba del Tigre") y esa mezcla de miedo con respeto y admiración, se ve reflejada en la leyenda del "Yaguareté-Abá". Según la misma ciertos hombres brujos pueden convertirse en tigres en determinadas condiciones efectuando ciertos rezos secretos o bebiendo mágicas infusiones.

Una versión criolla de la conocida leyenda del "Lobizón" u "Hombre Lobo" llegada desde Europa, seguramente aún más antigua. Empujado por una civilización que se resiste a su compañía, acosado por hombres y perros, el Yaguareté parece alejarse entre las sombras convirtiéndose en uno de los mayores desafíos conservacionistas para los argentinos que aún vemos en él, al verdadero dueño del monte y sus bichos.

Artículo escrito en 1994.



29 de Diciembre de 2009

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