La aparición de una ballena muerta de gran porte en las costas de Quilmes llamó la atención. Sin embargo no se trata de un caso aislado ni mucho menos, ya que antes, situaciones similares se dieron en las playas de la Isla Santiago, en Ensenada y también en Punta Lara. ¿Por qué eligen estos cetáceos fundamentalmente oceánicos las costas de nuestro río para morir?
Para el licenciado en Biología egresado de la UNLP y doctorado en Ciencias Naturales en la Universidad de Würzburg, Alemania, Fernando Archuby, "los motivos por los cuales estas especies que habitan en altamar terminan sus días en estas costas son diversas: enfermedades, parasitosis, heridas o senilidad los debilitan o perturban, ocasionan desorientación y provocan que pierdan a su grupo e incursionen en ambientes inhóspitos que constituyen trampas para sus grandes cuerpos. Y cuando esto ocurre, los cetáceos, habituados y adaptados para moverse en un medio líquido, quedan atrapados en la playa, normalmente sin la capacidad de volver al agua por sus propios medios. Por su parte las orcas, delfines rechonchos de gran tamaño, usualmente se varan para atrapar a una presa como por ejemplo un lobo marino: en el agua el depredador y la presa son hábiles y rápidos pero en la playa el lobo se mueve con una lentitud que permite a la orca, empujada por su envión, atrapar a su presa. Luego vuelve al agua realizando contorsiones de su cuerpo".
"Los cetáceos -añadió Archuby, quien es responsable del programa "Colección Pública del patrimonio natural del Partido de La Plata" en la Agencia Ambiental de la Municipalidad- son mamíferos que evolucionaron a partir de animales cuadrúpedos terrestres. Sin embargo, sus adaptaciones a la vida acuática son tan importantes que no están preparados para sobrevivir fuera del agua: sus miembros no les permiten erguirse ni impulsarse e incluso su estructura ósea es débil para sostener su propio peso fuera del agua."
"La última ballena varada en las costas de Quilmes -describió el investigador de la UNLP- es un rorcual, y un rorcual muy famoso es la ballena azul, el animal más grande que existe y haya existido sobre nuestro planeta, que puede llegar a pesar más de 150 toneladas".
"Durante el año 2009 -señaló el especialista- personal de la Agencia Ambiental La Plata logró rescatar gran parte del esqueleto de una ballena fin que se varó en las costas del Río de La Plata, en la Isla Monte Santiago de Ensenada. La tarea, por demás compleja, fue posible gracias al trabajo voluntario de vecinos de La Plata, Berisso y Ensenada. Se trataba de un macho juvenil y las causas de su varamiento no pudieron establecerse".
"Este tipo de fenómenos -concluyó el biólogo platense- nos muestra que es importante prestar atención a las señales de la naturaleza, y describir y estudiar detalladamente sus patrones permitirá a los especialistas interpretar los procesos que los ocasionan".
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