Macri desfinancia y desjerarquiza espacios verdes porteños


El Gobierno de la Ciudad, por Decreto N° 1.017, modificó la estructura del Ministerio de Ambiente y Espacio Público y suprimió los organismos fuera de nivel: Reserva Ecológica, Parque Tres de Febrero y Jardín Botánico Carlos Thays. Las citadas dependencias desaparecen y pasan a ser simples direcciones operativas dentro de la Dirección General de Espacios Verdes.
Esta decisión del Gobierno porteño contradice el estándar usual de países serios donde las reservas naturales urbanas y los grandes parques tienen un presupuesto propio, plan de manejo y suficientes guardaparques dotados del equipo necesario para defender y cuidar el lugar. Desgraciadamente, la norma predominante en nuestro país es la escasa valoración de nuestro patrimonio histórico, ambiental y natural. Asimismo, en el proyecto de Presupuesto para la Ciudad de Buenos Aires 2010, Macri recortó las partidas para espacios verdes en un 75%. Ello afectará al Botánico, la Reserva Ecológica y los Parques Avellaneda y Tres de Febrero. En 2009 tenían $16 millones de pesos, en 2010 menos de 4 millones. En 2009 existía un Programa 39 denominado "Programa de Cuidado y Puesta en Valor de Grandes Parques", el cual destinaba 16.805.192 pesos a aquéllos espacios verdes. En el proyecto de ley que trata la Legislatura por estos días, ese Programa desapareció.
El Parque Avellaneda ni siquiera es nombrado en el proyecto macrista para el Presupuesto 2010. En el año de Thays, Macri prevé en su proyecto para el Botánico una partida de 700.000 pesos vs. los 4 millones del 2009.
El Ministro Piccardo incluso ha admitido públicamente la intención del Gobierno de la Ciudad de recurrir a los privados para el mantenimiento del Botánico y la Reserva Ecológica. Ver: http://www.clarin.com/diario/2009/11/07/laciudad/h-02035628.htm
Sin dudas, esta modificación de la estructura del Ministerio de Ambiente y Espacio Público y el recorte de las partidas para espacios verdes es una maniobra característica de políticas neoliberales las cuales recurren al abandono y desprotección de los espacios verdes para degradarlos y luego justificar que, atento que el Estado no puede hacerse cargo de su manejo y mantenimiento, es necesaria su privatización y/o concesión.
Particularmente el estado actual de la Reserva Ecológica Costanera Sur, protegida a nivel internacional por la categoría de Humedal de Importancia Internacional (RAMSAR), es sumamente preocupante y data de varios años. Pero el abandono se aceleró y se ha hecho sumamente evidente desde la asunción de Macri como Jefe de Gobierno.
En primera instancia se desmanteló el área veterinaria de la Reserva y por estos días adolece de suficientes guardaparques y equipo de trabajo para su cuidado. La decisión plasmada en el Decreto N° 1.017 la desjerarquiza y confirma la referida tendencia de desidia.
A ello se suma la presión que ejercen sobre el área numerosos intereses económicos: el negocio inmobiliario, hotelero, nuevos emprendimientos de índole náutico, deportivo para disfrute de los acaudalados y privilegiados residentes de Puerto Madero. El discutido helipuerto frente a la Reserva ya se encuentra en funcionamiento. En contraposición, a solo metros de la zona más cara de la Ciudad y de la Reserva, la Villa de emergencia Rodrigo Bueno aumenta cada día en extensión y número de habitantes. Ya existen construcciones de cemento endebles, varias de más de un piso. Esto genera que muy cerca de la Reserva se acumulen residuos sólidos urbanos, desechos cloacales, perros cimarrones, etc. Contrastes desgraciadamente usuales por estos lares.
Es necesario salvaguardar a la Reserva Ecológica, motivo de orgullo para los porteños y amparada internacionalmente, de los referidos intereses económicos que constantemente intentan avanzar sobre dicho predio para acabar con él y explotar su privilegiada ubicación; y de asentamientos como la Villa Rodrigo Bueno, que no deben existir en las proximidades de un área protegida. Lo cual no quita que el Gobierno de la Ciudad debe dar una respuesta y asistencia inmediata a dicha gente que se asienta allí no porque le guste, sino porque simplemente no tiene adonde ir. Ese asentamiento debe ser desmantelado, la gente debidamente reubicada en un lugar digno para vivir, y dichos terrenos ser anexados a la Reserva para su restauración, sumando así más hectáreas protegidas para la Ciudad.



30 de Noviembre de 2009

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