Lagartija de las dunas (Liolaemus multimaculatus)

La lagartija de las dunas (Liolaemus multimaculatus), antaño tan común en las costas bonaerenses, se ha transformado hoy en una rareza. Marginada de su hábitat por la desaparición progresiva del mismo en base a crecimiento urbano y forestaciones, es muy difícil de encontrar entre San Clemente y Mar del Plata (con la única excepción en toda esa franja de las áreas protegidas de Mar Chiquita y Faro Querandí, donde es más común), siendo también muy rara hasta Necochea. Recién al oeste de dicha ciudad reaparecen poblaciones aun en buen estado demográfico de este saurio. En los lugares donde aun habita, también sufre el impacto de vehículos de doble tracción, tanto camionetas como cuatriciclos, que compactan las arenas y representan tanto una fuerte contaminación sonora como una amenaza directa.

En enero de éste año pude tomar algunas fotografías de lagartijas de las dunas en los alrededores de la reserva del arroyo Zabala, accediendo al lugar desde el balneario San Cayetano. Pese a existir una importante actividad de los vehículos antes mencionados, en esta región de enormes dunas vivas extendidas y conservadas como en ninguna otra parte de la costa argentina, las lagartijas se pueden encontrar sin tanta dificultad.

Se las puede ver principalmente a unos 700 – 1.000 m al oeste de la desembocadura del arroyo, en un campo de afloramientos de rocas sueltas. Sobre el atardecer, las lagartijas buscan refugio bajo dichas rocas, se pueden ver “caminitos” de sus huellas entrando y saliendo por debajo de las piedras. Levantando esas piedras (las que se puedan levantar, son grandes) aparecen las sorprendidas lagartijas. Bajo un total de 6 piedras encontré 4 lagartijas en un lapso de más o menos media hora, por lo que es realmente común en el lugar. Satisfecho ya con las fotografías y cansado por levantar piedras pesadas, dejé en paz a las modelos involuntarias en uno de los pocos lugares donde todavía tienen el ambiente original donde siempre pudieron vivir.