Felicidad, Salud y Naturaleza

Autor: Ricardo Barbetti

Se curan antes enfermos que ven por su ventana un parque, árboles y pájaros, paisaje viviente, cielo, en un hospital en Australia. Esto enseña algo enorme sobre el ser humano y el lugar donde está. Los que ven por la ventana un estacionamiento; coches (máquinas) y paredes, tardan mas en curarse.

Esta enseñanza… es importante tenerla siempre en la conciencia, entenderla, usarla para tomar decisiones y para ver cómo hacer todas las cosas.

Para ser felices y sanos, todo lo que hacemos debería basarse en entender esta necesidad humana. Por eso conocer y entender esto es básico: los humanos necesitamos la naturaleza de muchas maneras, primero para estar, ver. Oír viento, pájaros, grillos, ranas, con emoción, afecto. Es una experiencia básica, primera, tiene que estar siempre.

Y es necesario insistir, decirlo de muchas maneras, de modos muy claros, directos, simples. Para que todos, o casi todos, puedan entenderlo, que no deje dudas.

Porque lo mas común es que todo se haga por motivos que parecen “prácticos” o “realistas”: - ganar lo mas posible, “gastar” lo menos posible, “aprovechas” el “espacio” “vacío” (la idea que en la naturaleza “no hay nada”, ¡es un lugar “abandonado”!, sin desarrollar). El resultado es visible: - la existencia moderna parece cada vez mas cárceles y vaciaderos de basura. Esto enferma y entristece. Ayer lo vi otra vez, recorriendo un barrio en la provincia de Buenos Aires, Argentina. Pero ahí mismo vi semillas de esperanza: cualquier rincón que se deja en paz (expresión mas real que “abandonado”) es usado por la naturaleza, esto sucede sin que nadie plante nada.

En la base de alambrados nacen el mburucuyá y el tasi, son dos hermosas trepadoras de flor muy linda y perfumada, que dan frutas comestibles.

En cualquier lado con sol nace la vara dorada, los pastos nativos con sus espigas elegantes, el “huevito de gallo” y el camambú, los dos de fruta deliciosa, la hermosa cortadera, el imponente ombú que da sombra y protege del viento, el nim nim con sus muchas margaritas amarillas, el anacahuita, árbol de flor perfumada y hojas aromáticas con que se hace un té curador, lo mismo el paico que crece hasta entre dos baldosas. Helechos hermosos en paredes que parecen secas... y mucho mas. Esto hay que cuidar, dejar en paz, no “emprolijar” matando todo. No tirarles basura, sacarla; no cortar, no quemar.

Somos primero seres humanos, después comerciantes. Si por ganar mas y mas pronto se desprecian las necesidades humanas, el resultado es tristeza, enfermedad, odio, pobreza, suciedad, venenos, fealdad, veredas rotas llenas de basura. Mucha gente nace en lugares así y se acostumbra, pero le hace mal.

Con la enseñanza, poco gasto y poco trabajo, aumentan la felicidad y la salud.

Puede parecer una creencia ingenua, pero la verdadera superstición ingenua es que todo se va a arreglar con cada vez mas cemento y ladrillos y viendo solo el dinero. Los resultados de esta creencia están a la vista.



01 de Diciembre de 2010

Comentarios



Copyright © Los que se van 2009-2024. Prohibida la reproducción total o parcial sin la autorización del autor.
E-mail: info@losquesevan.com