Ecuador: se explotará el petróleo de Yasuní


Ecuador ha abandonado un plan de conservación que hubiera pagado al país para no extraer petróleo en partes anteriormente vírgenes del Parque Nacional Yasuní, en la selva amazónica. El presidente Rafael Correa dijo que las naciones ricas han fracasado para respaldar la iniciativa, dejando a Ecuador sin otra opción que seguir adelante con la perforación. El parque es una de las zonas con mayor biodiversidad en el mundo.” [BBC]

La idea de Correa era original y arriesgada. En muchos países se depredan selvas por petróleo, minerales, maderas, ganadería, agricultura, sin que haya ningún interés en pagar para salvar esos lugares naturales. El sistema acepta que la naturaleza está al servicio de la economía humana.

Fracasado ese proyecto cabía conservar intocada Yasuní como una decisión de nuevo tipo. La resolución fue otra.

“Autoridades ecuatorianas explicaron que la explotación petrolera en el parque Yasuní se llevará a cabo bajo preceptos de respeto al ambiente y con proyectos sustentables para el desarrollo de las comunidades. El Gobierno de Rafael Correa continuará su lucha para proteger los intereses del pueblo.” [Telesur]

Como era de esperar ha surgido una protesta de ecologistas y de políticos oportunistas.

La política frente a Yasuní recuerda lo que pasó con el Territorio Indígena Parque Nacional Isidoro Sécure (TIPNIS) en Bolivia. El gobierno decidió afectarlo con la construcción de una carretera desde Brasil, la protesta indígena lo hizo desistir, pero la presión de otros indígenas logró al fin la aprobación del proyecto mediante una consulta y la fauna y flora del territorio serán dañadas.

El problema en ambos casos es el mismo. Se aprueba la destrucción de ambientes naturales en provecho de la economía.

Los que protestan culpan a los gobernantes dejando de lado algo decisivo. La responsabilidad principal democráticamente es de la mayoría social, y los opositores representan una minoría.

En esa situación favorable operan los políticos.

El Buen vivir tiene un costo. Renunciar a ingresos, empleos, consumos. Eso lo puede hacer o aceptar hoy una parte minoritaria de las sociedades.

No se está en el momento en que mujeres, hombres y jóvenes apoyen masivamente el cambio de modelo de producción y consumo global.

La influencia de los medios de empresarios es una fuerza conservadora del orden. Pero además la tendencia humana a tener y disfrutar que viene de antes de los capitalistas.

Faltan elementos para asumir la necesidad de una civilización sustentable y solidaria. Es el tiempo urgente para prepararla.

La misión de los ambientalistas es convencer de la necesidad del cambio a pesar de sus costos.

Fuente: Argenpress



11 de Septiembre de 2013

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