Avistaje de Estornino Crestado en Salta

Autor: Elio Daniel Rodríguez

Los pasados 24 y 25 de marzo fue observado en la plaza que se encuentra situada inmediatamente detrás de la legislatura salteña, un ejemplar de Estornino Crestado (Acridotheres cristatellus), una especie recientemente introducida en la Argentina y declarada dañina y perjudicial mediante resolución 974/98 de la Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de la Nación. El individuo fue observado junto a una pareja de Horneros Comunes (Furnarius rufus) por Juan José Rodríguez, naturalista y experto en orquídeas, y al día siguiente por quien suscribe en las mismas circunstancias y lugar.

Se trata de una especie nativa del sudeste asiático, que llegó a nuestro país para su comercialización como mascota, pero que a través de algunos ejemplares aparentemente escapó de su cautiverio, aunque hay quienes afirman que fue deliberadamente puesta en libertad después de algunos intentos de vender los ejemplares en el mercado local.

Comenzó siendo registrada en la zona noreste de la provincia de Buenos Aires desde 1982, y con los años la población ha ido incrementándose y ampliando su área de distribución, pudiendo ser encontrada en la actualidad en varios partidos de la provincia de Buenos Aires, Capital Federal, y en algunas zonas de Santa Fe, más algunos registros de la provincia de Córdoba.

Como ya se ha indicado, en el año 1998 la especie fue declarada dañina y perjudicial por la Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de la Nación junto a otra especie de Estornino también introducido en nuestro país, el Estornino Pinto (Sturnus vulgaris), facultándose a la Dirección de Flora y Fauna Silvestres, en coordinación con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y las autoridades provinciales competentes, a incluir a las especies citadas en los planes de erradicación y lucha contra las plagas, y a permitir su caza y destrucción de nidos y huevos, prohibiéndose además su tránsito interjurisdiccional, exportación y comercio.

El problema de las introducciones de fauna exótica en muchas áreas se constituye en uno de los principales dramas que deben afrontar los ecosistemas, y en nuestro país la ley 24.375, que aprueba el Convenio Sobre Diversidad Biológica establece en su artículo 8, inciso “h” que se impedirá que se introduzcan, se controlará o erradicará a las especies exóticas que amenacen a ecosistemas, hábitats o especies. Por otra parte, la ley 22.421, en su artículo 6 indica que queda prohibido dar libertad a animales silvestres en cautiverio, cualquiera fuese la especie o los fines perseguidos, sin la previa conformidad de la autoridad de aplicación, nacional o provincial según corresponda.

A pesar de lo establecido, las poblaciones de Estorninos en nuestro país se están expandiendo y esto puede representar un problema de consideración no sólo en materia ambiental sino también social.

En la página web de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación se menciona que del Estornino Crestado no existen tantos antecedentes como de la otra especie, el Pinto - que al ser introducido en Norteamérica, por ejemplo, ha provocado “pérdidas millonarias en los cultivos, feedlots, frutales, cableados y edificios” –, pero que, al igual que este, desplaza a las aves nativas en su competencia por los lugares de alimentación y anidamiento.

En relación a la alimentación de estas aves se ha señalado que son bastante adaptables a las condiciones y lugares en los que les toca actuar. Consumen tanto insectos como moluscos, frutas y granos, con lo que representarían en nuestro país una amenaza seria para las producciones agropecuarias. En este sentido no está de más señalar que en Norteamérica, el Estornino Pinto, en franca expansión en nuestro país aunque afortunadamente no detectado aún en Salta, causa graves daños al comerse diversas frutas y cereales en germinación, así como también el alimento para el ganado, contándose su población allí en muchas decenas de millones de ejemplares.

Lo que ocurrió en EEUU con la introducción del Estornino Pinto merece ser señalado, por cuanto constituye un ejemplo de cómo a veces las mejores intensiones pueden terminar en tragedia. Se dice en este sentido que fueron entusiastas de la obra de William Shakespeare, que anhelaban las presencia en su país de todas las aves que el escritor menciona en sus escritos, los que liberaron a fines del siglo XIX varias decenas de ejemplares en el Central Park, lo que constituyó el origen de la gigantesca población actual.

En cuanto a los daños que pueden provocar al ecosistema natural en el que se instalan y proliferan, debe hacerse especial hincapié en la competencia por el alimento con las aves autóctonas a las que disputan también, expulsándolas muchas veces de sus lugares habituales de reproducción, los sitios de nidificación, ya que el Estornino Crestado anida en huecos y oquedades diversas, como los pájaros carpinteros y muchas otras aves de nuestra región. A pesar de que come insectos que pueden resultar dañinos para la agricultura, también lo hacen otras muchas especies de nuestra ornitofauna, y la intromisión y expansión de este recién llegado puede ocasionar un desbalance ecológico de consecuencias todavía no del todo comprendidas.

Puede suceder que el ejemplar observado el pasado fin de semana en la Plaza de la Legislatura salteña sea un animal aislado, un ave liberada o escapada de una situación de cautiverio, hipótesis que tal vez podría ser apoyada por el hecho de no existir hasta el momento información de registros intermedios entre Salta y las demás provincias argentinas en las que se ha observado su presencia. De todas maneras, es necesario plantear el problema y encarar las tareas necesarias encaminadas a determinar en qué situación nos encontramos en relación a la cuestión. El ejemplar observado - más los que puedan aparecer en Salta - en lo posible debería ser relocalizado y capturado por las autoridades competentes y así se podría disminuir tal vez el peligro de una nueva invasión biológica con sus consecuentes dramas e inconvenientes.

Elio Daniel Rodríguez es periodista, naturalista y pintor de vida salvaje. Fundó y presidió por cuatro años la Asociación Ecologista Alerta Verde, produjo y dirigió realizaciones documentales sobre diferentes aspectos del noroeste argentino, y realizó exposiciones de sus pinturas en Salta y Tucumán. Es autor del libro “Aves de la Puna y los Altos Andes del Noroeste de Argentina”, editado por la Fundación Copajira.

Artículo publicado en el Diario Punto Uno el 5 de abril de 2012



08 de Abril de 2012

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