Sobre las copetonas bonaerenses

La Martineta o Copetona es una especie que en su distribución bonaerense ha sufrido cambios a lo largo de los  últimos años.Esta especie de amplia dispersión por zonas áridas y semiáridas de Argentina está presente en la provincia de Buenos Aires con dos subespecies: Eudromia elegans elegans para el extremo sur de la provincia; asociada a estepas arbustivas, zonas rurales cercanas y Eudromia elegans multiguttata para el centro de Buenos Aires.Narosky y Di Giacomo (1993) categorizan a la subespecie elegans como vulnerable y escasa, mientras que a multiguttata como rara y en peligro.La martineta sufrió una grave retracción en su número a partir de principios del siglo XX tanto por la transformación de la llanura pampeana como por la presión cinegética, los registros históricos al norte del Río Salado así lo demuestran.Su caza fue permitida durante muchos años por la Dirección de Fauna en muchos partidos del sur bonaerense, esto sumado al avance de la frontera de cultivos intensivos puso a la Copetona en una situación delicada. Ni siquiera las poblaciones del extremo sur se salvaron del cambio de los campos arbustivos con ganadería a cultivos de cereales y oleaginosas.Hace mas de cinco años que recolectando información en los partidos de Puán, Adolfo Alsina, Saavedra y Torquinst encontré que la Martineta es la segunda especie en abundancia después de Nothura maculosa no siendo rara en ninguna parte y registrada en sembradíos y rastrojos de trigo, cebada, centeno, alfalfa, avena, mijo, maíz, sorgo y girasol.Además de frecuentar las cercanías de poblaciones rurales, incluso caminando por calles de tierra dentro de los ejidos urbanos (ver foto)La mayoría de los habitantes rurales comentan que sus poblaciones menguaron en forma dramática a partir de la década del ´70, principalmente debido a la utilización de agroquímicos y la caza comercial de la liebre. Estos a su vez distinguen dos tipos de Martinetas una negra y una clara, pero el detalle es que lo hacen por el color de su carne, este dato ya me había sido referido por mi padre para la zona de Bolívar en la década  del ´40. Sería interesante saber si esto se aplica a las subespecies presentes como rasgo distintivo.A principios del siglo XXI, las poblaciones parecen que empezaron a repuntar en forma llamativa, esto ocurre justo cuando empieza una época de sequías con un marcado descenso de los milímetros para el área, la cual deja de sembrarse y en consecuencia a fumigarse menos, sumándose a esto la prohibición total de la caza comercial de la liebre europea.Parece que su regresión podría ser la conjunción de cambios climáticos y antrópicos, ya que también se está observando lo mismo para otras especies bonaerenses de reciente incremento poblacional.Hoy en pleno 2009 uno de los tres grupos que monitoreo constantemente en los alrededores de la ciudad de Bordenave en el partido de Puán, realiza la puesta de sus huevos debajo de una hilera de Tamariscos de una quinta de un amigo. La mentalidad con respecto a la caza ha cambiado totalmente y hoy la mayoría ve como un acto dañino cazar una copetona, es mas denuncian a aquellos que lo hacen, siendo la policía comunal la que siempre responde a estos reclamos.De seguir con este panorama, parece que las copetonas bonaerenses tienen una nueva luz en el horizonte arado de la llanura pampeana.El monitoreo de otras áreas rurales del centro y sur de la provincia se hacen necesarios para poder afirmar el verdadero estatus provincial.
Fotografía: Alejandro Morici