Águila Viuda (Spizastur melanoleucus) en Misiones

Autor: Jorge Spinuzza

La selva misionera es sin lugar a dudas la mayor reserva de flora y fauna de nuestro país. La diversidad asombra. Casi la mitad de las aves que habitan nuestro vasto territorio se encuentran aquí. Recorrer ese ambiente único puede ser asombroso y frustrante a la vez. Por momentos, el bullicio de aves e insectos aturden, estamos rodeados de vida y rara vez vemos más allá de unos pocos metros. Intentamos descubrir alguna especie que hemos reconocido por el canto y nos resulta imposible hallarla; de pronto, aparece ante nuestros ojos, nos mira con curiosidad y vuela lejos de nuestro alcance llenándonos de sorpresa y admiración. Pero siempre nos quedamos con ganas de algo más.

Luego, el bullicio se transforma en silencio. Tan intenso que asombra, para que luego de unos instantes, nuevamente nos sorprenda el canto de algún ave cercana.

En este ambiente tan singular, habita una de las águilas más hermosas de nuestra avifauna.

El Águila Viuda (Spizastur melanoleucus) muestra un plumaje ventralmente blanco níveo, con alas, dorso, copete nucal y antifaz negro.
En vuelo, se observa un fino barrado negro en el ala ventral y barras caudales del mismo color.

Es quizás la menos amenazada de las grandes águilas selváticas siendo además una de las de menor tamaño.

En Argentina habita selvas del noreste y las yungas en el noroeste. Cuenta con citas en Misiones, norte de Corrientes, Formosa, Jujuy, Salta e incluso Tucumán.

Hacia fines de diciembre, nos encontrábamos recorriendo el Parque Provincial Urugua-i.
En cercanías del arroyo Uruzú, llamó nuestra atención un pequeño grupo de Milanos Tijereta (Elanoides forficatus) que volaban en círculos, vocalizaban y parecían repetir un ritual descendente-ascendente sobre un sector dominado por árboles de gran porte. Al acercarnos, observamos un Águila Viuda, posada en lo alto de un árbol seco, percha habitual desde donde divisa sus presas, que era hostigada en forma permanente por los Milanos.

La observación duro nos minutos, al hostigamiento permanente de los milanos, se sumo nuestra presencia, un elemento mas de perturbación que atrajo la atención del Águila Viuda. No solo debía esquivar los ataques aéreos, sino también observar hacia abajo la nueva amenaza presente. Así las cosas, cambió de posición un par de veces para inmediatamente volar y con un lento planeo, al ras de los gigantes selváticos, desaparecer de nuestra vista.

Solo nos quedo el hermoso recuerdo de la observación, documentados en las fotos y el video que acompañan esta nota.

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27 de Febrero de 2011

Comentarios



  1. #1   Diego S. Olivera dijo: 27.02.2011 - 16:08hs Excelente video Jorge! y se la escucha vocalizar inclusive...!
    genial
    un abrazo
    Diego

  2. #2   Francisco Lucero dijo: 27.02.2011 - 20:06hs Espectacular!!! muy buen registro, felicitaciones, un abrazo

  3. #3   ana paula vadora dijo: 08.08.2013 - 20:20hs que hermosa avee



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